jueves, 4 de septiembre de 2014

Sigue Empujando la Piedra Con todas Tus fuerzas!


El da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas.
 Isaías 40:29


¿De qué manera recuperas tus fuerzas cuando te sientes fatigado? 
¿Eres consciente de que es Dios quien te provee lo necesario para recuperarte?

El cansancio físico puede ser producido por el mucho trabajo o por la enfermedad. En cualquiera de los dos casos uno de los mejores remedios es el reposo, es decir, 
poder dormir bien. Sin embargo, el sueño no será de provecho al que tenga 
el estómago vacío, porque despertará aún más débil todavía.

En nuestro caminar en la fe vivimos una y otra vez tanto en nuestro interior 
como exterior fases de debilidad, cansancio y desmotivación.

Mientras más comprometida mente queremos vivir nuestra fe, tanto más nos molestan esas fases. Porque en lo profundo del corazón queremos estar firmes, ser fieles y seguir creciendo, pero sin importar lo que hagamos, parece que nos saliera todo lo contrario.

Lo que menos necesitamos en fases como esas son los llamados amigos de Job.
 Personas, que en su cabeza parecen tener la teoría correcta y nos enseñan con superenseñanzas, que es lo que podemos hacer mejor.

Pero se les pasa por alto en sus conceptos, que hay momentos, en que nos faltan las fuerzas, falta la motivación, y falta la visión de seguir adelante.

Lo que necesitamos en esos momentos es una teología, una comprensión sobre lo que verdaderamente nos pasa y como Dios mismo nos ve en esos momentos y la profunda esperanza en nuestro interior que Él a pesar de todo nos ama!

Isaías 40:29-31 
"El da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas. 
Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen; pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán."

Éste versículo nos permite ver en el corazón de Dios y entender como Él nos ve...

Nuestro Padre ve que nosotros

Podemos cansarnos
Podemos fatigarnos
Podemos quedarnos sin fuerzas
Podemos flaquear

Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes caen. . . .
Él ve que esto no depende de la edad (por eso dice los muchachos y los jóvenes tropiezan = ejemplo de fortaleza), cuánto más pueden tropezar los mayores)

Nadie está excepto de cansarse y flaquear en su camino, sin importar edad y estado espiritual. Según la personalidad podrán verse de diferentes maneras los efectos exteriores, pero todos llegamos a esos lugares de falta de fuerzas y a un desierto interno. 

Muchos de nosotros llegamos a experimentar cierto cansancio por situaciones en nuestra vida diaria, lo cual provoca un desánimo en nuestra vida. Gente que ya no quiere asistir a la iglesia, los que fracasaron en un negocio, los que experimentan desánimo en su familia, los que perdieron a un ser querido y se sienten desanimados y con mucha desconfianza, los que abandonaron los estudios, etc. 
Algo a lo que todos estamos expuestos: “flaquear” y “caer”, esto cuando nos muevan las circunstancias de nuestra vida, pero debemos esperar en Dios pues es quien renueva nuestras fuerzas y quien nos levanta de ese desánimo..

Fortalecidos con todo poder, conforme a la potencia de su gloria, para toda paciencia y longanimidad.
Colosenses 1:11

Cuando veo este panorama hostil y nublado; solo recuerdo una historia:

Un hombre dormía en su cabaña, cuando de repente una luz iluminó la habitación y apareció Dios. El Señor le dijo que tenía un trabajo para él, y le enseñó una gran roca frente a la cabaña. Le explicó que debía empujar la piedra con todas sus fuerzas.

El hombre hizo lo que el Señor le pidió, día tras día. Por muchos años, desde que salía el sol hasta el ocaso, el hombre empujaba la fría piedra con todas sus fuerzas...
 y esta no se movía. Todas las noches el hombre regresaba a su cabaña muy cansado y sintiendo que todos sus esfuerzos eran en vano.

Satanás decidió entrar en el juego trayendo pensamientos a la mente del hombre: 
"Has estado empujando esa roca por mucho tiempo, y no se ha movido". 
Le dijo que la tarea que le había sido encomendada era imposible de realizar
 y que él era un fracaso. Estos pensamientos incrementaron su sentimiento
 de frustración y desilusión.

Satanás le dijo: "¿Por qué esforzarte todo el día en esta tarea imposible? 
Solo haz un mínimo esfuerzo y será suficiente".

El hombre pensó en poner en práctica esto, pero antes decidió elevar una oración al Señor y confesarle sus sentimientos: "Señor, he trabajado duro por mucho tiempo a tu servicio. He empleado toda mi fuerza para conseguir lo que me pediste, pero aún así, no he podido mover la roca ni un milímetro.

¿Qué pasa? ¿Por qué he fracasado? "

El Señor le respondió con compasión: "Querido hijo, cuando te pedí que me sirvieras y tú aceptaste, te dije que tu tarea era empujar la roca con todas tus fuerzas, y lo has hecho. Nunca dije que esperaba que la movieras. Tu tarea era empujar.

Ahora vienes a mí sin fuerzas a decirme que has fracasado, pero ¿en realidad fracasaste? Mírate ahora, tus brazos están fuertes y musculosos, tu espalda fuerte y bronceada, tus manos callosas por la constante presión, tus piernas se han vuelto duras.

A pesar de la adversidad, has crecido mucho y tus habilidades ahora son mayores que las que tuviste alguna vez. Cierto, no has movido la roca, pero tu misión era ser obediente y empujar para ejercitar tu fe en mi. Eso lo has conseguido.
 Ahora, querido hijo, yo moveré la roca".

Algunas veces, cuando escuchamos la palabra del Señor, tratamos de utilizar nuestro intelecto para descifrar su voluntad, cuando en realidad Dios solo nos pide
 obediencia y fe en Él. 

Debemos ejercitar nuestra fe, que mueve montañas, 
pero conscientes que es Dios quien al final logra moverlas.

Cuando todo parezca ir mal... ¡solo empuja! Cuando estés agotado por el trabajo... ¡solo empuja! Cuándo la gente no se comporte de la manera que te parece que debería... ¡solo empuja! Cuando te sientas agotado y sin fuerzas... ¡solo empuja!

Sientes como que si estuvieras dando vueltas en un MISMO LUGAR?...
O como que estas en medio de un horno INSOPORTABLE?...
Eres de las personas que ha llegado al punto de exclamar:
ME SIENTO MUY MAL...!!! NO SE QUE HACER...?


Es posible que te identifiques con alguna de las afirmaciones
 que a continuación te detallo...



La RUTINA te ha llevado a un ABURRIMIENTO tal que ha amargado tu vida...

El CANSANCIO emocional te invita a DESISTIR en lo que habias emprendido con tanto entusiasmo...

Te confrontas a cada momento con todas tus LIMITACIONES y DEBILIDADES personales...

Sientes INCOMODIDAD donde estas justo en estos momentos...

Sientes ENOJO constante en contra de las personas que piensan diferente a ti o que simplemente NO TE AGRADAN por diversas razones...

Las PRESIONES te oprimen de continuo, conduciéndote a estados de ESTRÉS incontrolables...

TRISTEZA por una decepción que tuviste con alguien y en quien habías depositado 
toda tu confianza...

DECEPCIÓN porque no te resulto el proyecto que con tantas ansias habias esperado...

Ambiente de PELIGRO e INSEGURIDAD que te quita la paz...



Me imagino que te sientes como un barquito que esta a merced de un viento constante que NO cesa y que NO sabes en que momento te vas a hundir...

Le clamas a Dios que te ayude...
Que te saque de donde estas...
Que te quite cualquier sentimiento negativo, pero tal parece que la vida sigue igual, sigues DANDO VUELTAS en un mismo lugar, sin un rumbo definido.

Llegas a ver entonces que las cosas se te presentan igual o peor que antes...
No ves esperanza...
Sientes como que si Dios NO se interesara en lo que estas pasando o simplemente
 NO LO SABE.
Tu pones todo tu empeño en ser diferente, pero tal parece que estas como
 ARANDO en el mar.

Oras...
Oras...
Y oras...
Y el viento sopla con mayor fuerza...
Que esta pasando aquí?
Es normal lo que te sucede...?

ENTONCES TE REITERO:
Cuando todo parezca ir mal... ¡solo empuja!
Cuando estés agotado por el trabajo... ¡solo empuja!
Cuándo la gente no se comporte de la manera que te parece que debería... ¡solo empuja!
Cuando te sientas agotado y sin fuerzas... ¡solo empuja!

En los momentos difíciles pide ayuda al Señor y eleva una oración a Él, 
para que ilumine tu mente y guíe tus pasos. 
Entrega tus miedos al Señor y pídele que te ayude a encontrar el camino, 
que te conduzca a Él, y Él lo hará. 

No hagas caso de ninguna voz, solamente de la que Dios te dio a conocer, y sobre ella mantente firme, porque su Palabra es la que nos sostiene y nos da descanso,
 seguridad y esperanza.

 Dios moverá la piedra a su tiempo.
 Lo que es imposible para el hombre es posible para Dios.



Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice el Señor, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.
Jeremías 29:11 

Dios es el que me ciñe de poder, Y quien hace perfecto mi camino; Quien hace mis pies de ciervas, Y me hace estar firme sobre mis alturas.
Salmo 18:32-33

Tu Dios ha ordenado tu fuerza; Confirma, oh Dios, lo que has hecho para nosotros… Temible eres, oh Dios, desde tus santuarios; El Dios de Israel, el da fuerza y vigor a su pueblo.

Salmo 68:28,35



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