Levítico 19:17 (NVI)
»No alimentes odios secretos contra tu hermano, sino reprende con franqueza a tu prójimo para que no sufras las consecuencias de su pecado.
El resentimiento es una carga que impide que una persona sea feliz y se sienta libre. Hay una frase que lo explica a la perfección: “El resentimiento es como tomar veneno esperando que el otro muera” – Carrie Fisher.
Todos hemos convivido alguna vez con una persona “amargada”, que ve la vida con apatía, negatividad y enojo, que trata sin respeto y consideración a todos los que le rodean. La causa de esta amargura, es un conjunto de resentimientos no resueltos que se fueron acumulando a lo largo de su vida.
Cuentan que cuando Nelson Mandela salió de prisión después de 27 años de estar encerrado, el expresidente de los Estados Unidos Bill Clinton le preguntó: “Señor Mandela, ¿cómo perdonará usted a sus carcelarios?”. A lo que respondió de inmediato: “Al cruzar la puerta de la prisión, comprendí que, si continúo odiando a los carcelarios, seguiría yo en prisión”.
Eso es precisamente el resentimiento: volver a sentir, una y otra vez y sin temor a equivocarme puedo decirte que es como un veneno en tu interior, como un costal lleno de piedras que cargas todos los días.
Está comprobado que la persona que no perdona, que vive llena de rencores y resentimientos, no será feliz, vivirá amargada, enojada y enferma por dentro y por fuera.
Para Max Scheler «el resentimiento es una autointoxicación psíquica», esto es, un envenenamiento de nuestro interior, que depende de nosotros mismos.
Todos experimentamos una inclinación natural hacia la felicidad. Entre los obstáculos que dificultan la realización de este deseo, el resentimiento suele ser el principal, para la mayoría de las personas.
No es difícil encontrarnos con gente que aparentemente reúne todas las condiciones para ser feliz y, sin embargo, no lo es porque está llena de resentimientos que le amargan la vida.
La amargura es como una cebolla, son capas y capas de resentimientos, causados por eventos traumáticos que han marcado a una persona como causa de su percepción sobre ellos, al percibir una situación como injusta o dolorosa.
Vivir con amargura, es como llevar puestos unos lentes sumamente obscuros, que nos hacen ver la vida con dolor, tristeza, apatía, rencor, orgullo, envidia e ira.
Nos impide disfrutar de los momentos gratos de la vida o incluso construir planes o proyectos positivos para nosotros mismos y es un repelente para las demás personas, ya que desgasta las relaciones interpersonales.
La amargura, nos hace percibir la vida como injusta, no aceptamos nuestra existencia ni la persona que somos hoy, es como cargar un bulto pesado que nos impide avanzar o lograr lo que queremos en la vida, sin duda para llegar lejos, necesitamos deshacernos de esa carga inútil.
Es peligroso, porque cuando alojamos todo esto se convierte en odio que no se expresa, y el peligro del odio es que acaba intoxicando a quien lo porta.
El odio y resentimiento es veneno.
¿Qué es el Resentimiento?
El resentimiento es aquel sentimiento profundo de disgusto o enojo que tenemos hacia alguien por una ofensa pasada. Es nuestro doloroso recuerdo de heridas anteriores.
El resentimiento es el gran enemigo de las buenas relaciones. Destruye la amistad y transforma a los amigos en enemigos. Pero el efecto más dañino del resentimiento es la destrucción de la persona que se aferra a él.
El resentimiento puede destruir su matrimonio.
¿Por qué?
Porque desgasta el amor, la confianza y la lealtad,
cualidades fundamentales en el matrimonio.
En cierto sentido, el resentimiento no es el síntoma de un problema de pareja, es la enfermedad. Por eso dice la Biblia que nos deshagamos de los sentimientos de amargura (Efesios 4:31).
El que guarda resentimiento es el que sufre.
Guardar resentimiento es como darse una bofetada
y esperar que la otra persona sienta el dolor.
¿Cuáles son los efectos negativos del resentimiento no resuelto?
Cuando no has logrado resolver tu resentimiento:
* Mostramos hipersensibilidad o con los nervios de punta cuando te recuerdan la persona o personas implicadas.
* Empeora o detona estados depresivos y/o ansiosos.
* Tendemos a negar cualquier sentimiento de ira u odio hacia esa persona.
* Nos sentimos provocados o encolerizados cuando ves que las personas contra quienes guardas resentimiento son reconocidas por sus logros.
* Te recriminan tu actitud hostil, cínica, y sarcástica, la cual se convierte en una barrera entre tú y las personas con quienes deseas establecer una relación sana.
* Nos estancamos en nuestro desarrollo personal.
* Rechazamos todos los intentos de los demás para conseguir que trabajes en el perdón y olvidar ofensas y daños pasados.
* Resistimos todas las tentativas de empujarnos a continuar con nuestra vida, incluyendo la sugerencia de que tienes un asunto pendiente con personas de tu pasado en el que deberías trabajar.
* Encuentras difícil abrirte y confiar en otras personas, especialmente en nuevas relaciones.
* Encontraremos duro creer que no serás reconocido por tu capacidad, valor, y logros.
Es necesario que sepas que esos sentimientos no vienen solos, son el resultado de pensamientos y creencias oscuras y confusas.
Es muy útil pensar en el resentimiento como el envenenamiento de uno mismo mientras se espera que el otro sea quien sufra algún daño. Si logras comprender que la ira, la culpa y el resentimiento son venenos para el alma, este razonamiento puede ayudarte a que tengas la intención en liberarte de esos sentimientos oscuros.
Y tu estas combatiendo el odio y el resentimiento?
No compartas en tus redes
"EL VENENO DEL ODIO EN TUS REDES SOCIALES"
Comparte contenidos de edificación y no ha fracturar el evangelio y al cuerpo de Cristo!
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Vive Feliz Hoy,
Con Fe y Acción Consiente,
Con Buena Voluntad,
Se Libre !!!
Sin Rencores,
Sin Culpas,
Y Sin Miedos.
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