martes, 9 de septiembre de 2014

Poder Del Espiritu Santo En El Interior!


Para que os dé, conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu;

Efesios 3:16 

 

 Estamos viviendo en una sociedad que conforme pasan los días se corrompe más, se degenera, se ensucia. Hay más problemas económicos, más violencia, crimen, mentira, prostitución, homosexualidad, lesbianismo. Hermanos no estamos viviendo en un lugar cerca del cielo, estamos viviendo muy cerca del infierno. Solamente aquí en esta tierra podemos escapar de la contaminación del mundo y de las situaciones contrarias que nos rodean. Si nuestro espíritu está fortalecido tendremos una fuerza poderosa en nuestro hombre interior y vamos a ser capaces de repeler el ataque del enemigo, de rechazar la tentación; ningún creyente frío, apático, tibio, será capaz de resistir la tentación.

 

 Muchos pastores y líderes de concilios o de organizaciones importantes, llámense diáconos o ancianos, llámense siervos, están cayendo por todas partes de la tierra, porque se han debilitado espiritualmente. 

Satanás esta logrando su mas grande TEREA en la iglesia de Cristo y tiene como tarea debilitar la vida espiritual del líder y del creyente. Poniendo desanimo, desaliento, desesperacion y asi oímos de personas que caen todos los día en las garras de las artimañas del enemigo! 

 Dios trabaja con cada individuo, con las personas de los redimidos, tratando a cada uno como un caso especial. Luego el Señor trata con las interrelaciones de los individuos, como Iglesia. 

Él hace un trabajo con cada uno personalmente para poder hacer un trabajo con la Iglesia colectivamente. Sucede que a veces falta que dejemos a Dios trabajar en nuestras personas en lo individual, y eso impide que avance el trabajo colectivo del Señor con la Iglesia. Eso nos enseña que el trabajo esencial del Señor es en nuestras personas, para luego sí trabajar verdaderamente con la Iglesia.

 Permítanme ilustrarlo de esta manera:

 Supongamos que un hermano trabaja todo el día en la oficina bajo mucha presión y regresa a casa completamente agotado. En casa él se ofende por algún miembro de su familia, tal vez de su esposa o de su suegra. A pesar de cuán cansado esté, será tan fuerte en perder la paciencia. 

Antes de esto si ustedes le pidieran leer La Palabra de Dios le diria: “No, no lo puedo hacer. Estoy agotado”. Luego puede que digan: “Bueno, oremos”. Pero les respondería: “No, no lo puedo hacer. No puedo, estoy muriéndome”. Pero cuando su suegra lo provocó, se fortaleció en su MAL GENIO con las riquezas de la sutileza del diablo. Debido a eso Todo su ser entra en su mal genio. 

  Amados, hay una razón poderosa para el hombre de Dios, el de tener una fortaleza en su hombre interior, en su espíritu, ahí es donde radica la fuerza del cristiano. La fuerza nuestra no radica en la carne, la carne tiene que debilitarse, el apóstol Pablo dice: “Cuando soy débil, entonces soy fuerte(2 Corintios 12:10), pero cuando soy fuerte, entonces soy débil.

 El hombre interior es nuestro espíritu regenerado, cuya vida es la vida de Dios, es decir, es nuestro espíritu, el cual fue regenerado por el Espíritu de Dios (Jn. 3:6), está habitado por el Espíritu de Dios (Ro. 8:11, 16). Para experimentar a Cristo hasta la medida de toda la plenitud de Dios, necesitamos ser fortalecidos en el hombre interior. Esto implica que tenemos que entrar en nuestro espíritu, donde podemos ser fortalecidos por el Espíritu Santo.

 La debilidad es cuando el poder de la carne se debilita, cuando la persona es golpeada a través de la prueba, del dolor, de la enfermedad, de la situación económica, de la persecución, de la calumnia, de la burla, la persona entonces se siente débil. Espiritualmente hablando ya no es altivo, ya no es grosero, entonces se siente débil en la carne; y cuando surge el poder glorioso del Espíritu, entonces se ha fortalecido el espíritu, empieza esa persona a ser más humilde; porque cuando estaba poderoso en la carne no le aceptaba a nadie un consejo, no permitía que nadie le señalara un error, quería vivir independientemente de los demás. 

 Puesto que los seres humanos somos almas, y no espíritus, nuestra personalidad o nuestra persona está en nuestra alma. Por esta razón, la Biblia se refiere a los hombres como almas. Tanto el cuerpo como el espíritu son vasos usados por el alma. Por tanto, como almas, tenemos un vaso exterior, el cuerpo, y un vaso interior, el espíritu. Cuando nos arrepentimos y creímos en el Señor Jesús, Él entró en nosotros y nos regeneró consigo mismo como nuestra vida. 

Antes de ser regenerados, no teníamos vida en nuestro espíritu; simplemente teníamos la vida humana en nuestra alma. Pero mediante la regeneración, ahora tenemos la vida divina en nuestro espíritu. Así que, nuestro espíritu ya no es simplemente un vaso, sino que ha llegado a ser nuestra persona, quien posee la vida de Dios. Nuestro espíritu, que fue regenerado con la vida divina, es ahora nuestro hombre interior.

 El poder espiritual, distintivo que debería tener todo cristiano, solo puede alcanzarse cuando nos sometemos a la Palabra y al Espíritu de Dios. El apóstol Pablo, consciente de esta gran realidad espiritual y en total actitud de sumisión, paciencia y obediencia, doblaba sus rodillas ante el Padre, a favor de sus hermanos para que Dios nos diera el poder de ser Fortalecidos por su Espíritu.

 

Hay una obra interna que el Espíritu Santo hace dentro de nosotros, una manifestación de su poder sobrenatural en lo mas profundo de nuestro ser. La Biblia declara que es el Espíritu Santo que nos promete inagotables recursos para caminar en una vida victoriosa. La verdad es que ¡todo lo que necesitamos se encuentra en la persona del Espíritu Santo! Sea lo que se requiera para la tarea, los retos y desafíos en la vida, es el Espíritu Santo que nos da el poder. El nos capacita para salir triunfantes en Cristo Jesús tal y como nos dice Filipenses 4:13, “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.”

¿Necesitas fortaleza este día?

 ¿te encuentras apenas andando en tu caminar cristiano? 

Es tiempo que permitas que el Espíritu Santo, ¡haga la obra sobrenatural en ti! No hay razón porque estés caminado derrotado y sin fuerzas, sin ganas de seguir adelante, ¡Hoy puede ser tu día de triunfo y victoria! 

Tu vida puede cambiar radicalmente, de tu interior pueden surgir fuerzas sobrenaturales. Hay fuerzas nuevas para ti en este día,

 en 2 Corintios 4:16 nos dice, “Por tanto, no desmayamos; antes aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día.”

Que poderosa obra es la que hace el Espíritu Santo diariamente en nosotros, si tan solo le permitimos, ¡una impartición de fuerzas sobrenaturales en lo mas profundo de nuestro ser! Todo lo que necesitamos es pasar mas tiempo en comunión con El. Sera en estos momentos de intimidad con el Espíritu Santo que nuestras debilidades se tornaran en fuerzas, nuestras dudas en fe, y todo nuestro mundo experimentará una transformación completa. 

Recordemos lo que Efesios 3:20 nos promete, “y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros.” 

¡Oremos que este poder este obrando en nosotros hoy en nuestra Vída!

 

 

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