Josué 1:5 ►
Josué 1:5 ►
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Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida. Así como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré ni te abandonaré
Cuando nuestra vida se encuentra en medio de dificultad, necesidad, problemas, llega a nuestro corazón esa aflicción, esa angustia que no nos deja avanzar en nuestra vida espiritual, nos roban la paz y la tranquilidad que esta dentro de nosotros, nos roban ese gozo que Dios nos ha dado pues nuestro pensamiento y nuestro corazón están mas enfocados en esos problemas y dificultades por los cuales pasamos.
Cuando nuestra vida se encuentra en medio de dificultad, necesidad, problemas, llega a nuestro corazón esa aflicción, esa angustia que no nos deja avanzar en nuestra vida espiritual, nos roban la paz y la tranquilidad que esta dentro de nosotros, nos roban ese gozo que Dios nos ha dado pues nuestro pensamiento y nuestro corazón están mas enfocados en esos problemas y dificultades por los cuales pasamos.
Pero que lindo es saber que en medio
de toda la crisis de nuestra vida hay un Dios bueno y misericordioso que nos
ama y que nos dice que no nos va a dejar ni tampoco a desamparar, que el es el
que peleara las batallas por nosotros, pues el es el Gran Yo Soy,
El Todopoderoso, El es el que tiene el control sobre tu vida, el tiene el control sobre ese problema, sobre esa dificultad económica, sobre ese conflicto familiar, tiene el control sobre ese hijo rebelde. Pues el tiene cuidado de sus hijos y conoce al pie de la letra todas sus aflicciones, sabe en que momento le dará la solución a sus problemas.
El Todopoderoso, El es el que tiene el control sobre tu vida, el tiene el control sobre ese problema, sobre esa dificultad económica, sobre ese conflicto familiar, tiene el control sobre ese hijo rebelde. Pues el tiene cuidado de sus hijos y conoce al pie de la letra todas sus aflicciones, sabe en que momento le dará la solución a sus problemas.
El amor de un padre por su hijo es
asombroso. Es capaz de hacer cosas impensables, sin importar muchas veces si
recibe lo mismo a cambio.
¡Cuánto más el amor inagotable de nuestro Padre celestial por nosotros! A pesar
de lo que somos, de lo que hacemos y pensamos nunca cambia. Es más, se renueva
cada día para brindarnos nuevas oportunidades.
Sin importar qué tan lejos te sientas
de Él o qué tan profundo hayas caído, Dios te dice por medio de Su palabra en
el libro de Hebreos una verdad que te sostendrá en los peores momentos de tu
vida: No te desampararé, ni te dejaré.
Según la Biblia, muchas veces hemos despreciado el amor de nuestro Padre.
«Cada
cual se apartó por su camino» (Isaías 53:6).
Pablo va un paso más allá con
nuestra rebelión. Hemos hecho más que simplemente alejarnos, dice él. Nos hemos
vuelto incapaces de salvarnos. «Éramos enemigos de Dios» (Romanos 5:6,10 NVI).
Duras palabras, ¿no crees? Un enemigo
es un adversario. Uno que ofende, no por ignorancia, sino con intención. ¿Nos
describe esto a nosotros? ¿Hemos alguna vez sido enemigos de Dios?
¿Alguna vez
nos hemos vuelto contra nuestro Padre?
Si eres honesto sabrás que sí. Sabrás
que posiblemente te has apartado de Él. Pero Dios busca una reconciliación
contigo.
2 Corintios 5:19 dice que
«Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo». La palabra griega que se traduce reconciliación quiere decir «hacer que algo sea diferente».
2 Corintios 5:19 dice que
«Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo». La palabra griega que se traduce reconciliación quiere decir «hacer que algo sea diferente».
La reconciliación desenreda lo
enredado, invierte la rebelión, vuelve a encender la pasión que se ha enfriado.
La reconciliación toca el hombro del extraviado y lo pone en camino hacia el
hogar. El camino a la cruz nos dice exactamente hasta dónde va a llegar Dios
para hacernos volver.
Él no se ha olvidado de ti, ya que ha
prometido no abandonarte jamás. Aún si tus padres lo hicieran, Dios te recogerá
en Sus brazos de amor (Salmos 27:10). Nos ama con amor eterno y espera que este
día tomemos la decisión de volvernos de todo corazón.
Puede que estés pasando por tormentas
o desiertos, pero ahí está Dios contigo, dándote el aliento que necesitas y la
protección que necesitas. Puedes confiar en eso, nuestro Padre no abandona a
Sus hijos.
A través de toda la biblia observamos que Dios siempre cuido de su pueblo o de toda persona que lo obedecía. Tenemos muchos ejemplos bíblicos, Abraham, Isaac, Jacob, José, etc. Estos ejemplos muestran la actividad de Dios en la vida de estos hombres.
Dios determina, Dios actúa, Dios cuida, Dios protege a su pueblo, esta es una verdad que no puede negarse a la luz de la biblia. Todos estos hombres y mujeres esperaban confiadamente en Dios, a pesar de los problemas. No desmayaban, no se desanimaban, su guía, su esperanza, su consuelo era Dios; no ponían su confianza en los reyes, ni en las riquezas o el dinero, ni en su familia, ni en su fuerza, ni en sus habilidades. Su confianza estaba en Dios. Y Dios nunca, nunca les fallo.
Esto me trae a la mente una historia:
Una vez se estaba incendiando un edificio de 9 pisos en el centro de una ciudad muy importante. Las personas del edificio al enterarse de que el edificio estaba en llamas rápidamente salieron de sus apartamentos, a excepción de un niño de 8 años de edad que dormía en el octavo piso, pues su papá había salido a comprar y su mamá estaba de viaje.
El fuego crecía cada vez más e iba subiendo piso por piso. Los bomberos intentaban apagarlo, sus esfuerzos eran cada vez imposibles El edificio estaba totalmente en llamas y los bomberos pidieron refuerzos a otras unidades de la ciudad.
El drama aumentó cuando los bomberos se dieron cuenta que había un niño en el octavo piso y el fuego crecía, iba ya por el quinto piso. De repente aparece el padre del niño preocupado por el niño, viendo este cuadro, los bomberos hacen un último intento, pero las escaleras no podían llegar hasta las paredes del edificio por haber fuego en todas ellas, entonces se escucha los llantos del niño, gritando – ¡Papi! ¡Tengo miedo!
El padre lo escucha y llorando le dice:
– ¡Hijo! No tengas miedo yo estoy aquí abajo, No tengas miedo.
Pero el niño no lograba verlo:
– ¡Hijo! No tengas miedo yo estoy aquí abajo, No tengas miedo.
Pero el niño no lograba verlo:
- Papi no te veo, solo veo humo y fuego.
Pero el padre sabe que está ahí en la ventana porque el fuego lo ilumina.
- Pero yo sí te veo, hijo.
- Hijo, ¿sabes qué debes de hacer?. Tírate, que aquí te agarramos todos los que estamos abajo, ¡TÍRATE!
El hijo le dice: – Pero yo no te veo.
El Padre contesta. – Sabes cómo lo debes de hacer, cierra los ojos y lánzate! El niño dice: – Papi no te veo, pero allá voy!
Y cuando el niño se lanzó abajo, lo rescataron.
Entonces el Padre lo abraza, llora con el hijo, juntos pero muy contentos.
El hijo comprende que hay veces que al Padre no se le ve pero sus palabras son suficientes para confiar en él.
Así es nuestra vida, muchas veces hay muchos incendios, sentimos problemas parecidos a este niño y nuestro padre DIOS nos dice:
¡¡TÍRATE!! CONFÍA EN MÍ,
y nosotros tenemos que lanzarnos aunque no veamos nada, ni sintamos nada, con FE tienes que salir adelante. ¡Porque sólo su palabra nos basta!
Mateo 28:20
… He aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.
Hebreos. 13:5
… Yo nunca te abandonaré ni te desampararé.
Salmos 94:22
… Mas el Señor me ha sido por refugio, Y mi Dios por roca de mi confianza.
Proverbios 14:26
… En el temor de Dios está la fuerte confianza; Y esperanza tendrán sus hijos.
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