Ahora pues, Jehová, tú eres nuestro padre; nosotros el barro, y
tú el que nos formaste; así que obra de tus manos somos todos nosotros.
¿Ha puesto alguna vez las manos en la bola de barro de un alfarero?
El barro comienza como un material pegajoso, sin forma y manejable. Uno
necesita amasarlo hasta que esté libre de terrones y ha llegado a su
consistencia apropiada.
Dios usa diferentes ilustraciones para describir su relación con su pueblo.
El habla de la relación de:
El pastor y la oveja; El esposo y la esposa;
Un padre y sus hijos y ahora el
Alfarero y el Barro.
La
Biblia nos muestra muchas figuras e ilustraciones. Estas nos enseñan
distintas facetas de la relación que Dios tiene con Nosotros. La figura
del “alfarero” nos muestra a un Dios moldeando nuestro carácter como el
alfarero moldea el barro.
Uno quiere cosas en la vida, quizás alcanzar objetivos o ser alguien en
la vida. A menudo estos son sólo pensamientos, pero si realmente has
tenido logros, ¿cuánto de esto se puede atribuir a TÚ esfuerzo?
¿Te has
puesto a pensar en que ha sido Dios quien te ha creado, y tiene un plan
para ti y quiere formarte?
Dios le dijo en una ocasión a Jeremías que debía ir con el alfarero. Él
sabía lo que sucedía allí, y que tenía gran parecido a lo que quería
hacer con su pueblo, y contigo y conmigo:
Palabra de Jehová que vino a
Jeremías, diciendo: 2 Levántate y vete a casa del alfarero, y
allí te haré oír mis palabras. 3 Y descendí a casa del
alfarero, y he aquí que él trabajaba sobre la rueda. 4 Y la
vasija de barro que él hacía se echó a perder en su mano; y
volvió y la hizo otra vasija, según le pareció mejor hacerla.
Jeremias 18:1-4
ANALIZEMOS:
Dios es el Alfarero y tiene un Plan para Cada Vida.
Consideremos que para recibir la palabra necesitamos ir a la casa del alfarero y si Dios es el alfarero necesitamos ir a la casa de Dios…la casa de Dios es la iglesia…
debemos congregarnos, asistir a la iglesia para escuchar palabra de Dios…
es aquí en la casa de Dios donde el nos habla a cada uno de nosotros,
donde estamos en comunión con el.
Muchos se preguntaran como yo llego a casa del alfarero; o donde
queda la casa del alfarero sera en mi casa o en otro lugar...? Pues la respuesta es en la Iglesia!
Nosotros vamos a casa del alfafero (iglesia) cuando nos presentamos humillados en oracion ante el trono de la gracia, cuando derramamos nuestra alma delante de El para que nos cambie y nos transforme, en su precencia.
Dios le dijo a Jeremias ve a casa del alfarero porque El queria que Jeremias vizualizara lo que El podia hacer con el pueblo de Israel y con todos los que acudieran a la casa del alferero.
Nosotros vamos a casa del alfafero (iglesia) cuando nos presentamos humillados en oracion ante el trono de la gracia, cuando derramamos nuestra alma delante de El para que nos cambie y nos transforme, en su precencia.
Dios le dijo a Jeremias ve a casa del alfarero porque El queria que Jeremias vizualizara lo que El podia hacer con el pueblo de Israel y con todos los que acudieran a la casa del alferero.
I. DIOS ES EL ALFARERO
El torno artesanal es una máquina con dos discos cuya velocidad depende
del pie del alfarero. La calidad y celeridad en la obtención de
resultados depende directamente de la pericia de la persona que está
manejando el torno.
Estimado AMIGO, Dios está trabajando en tu vida,
Tu eres la figura que el divino alfarero
está trabajando en su taller.
Tu tiene un propósito en la tierra y sólo será feliz y pleno en la
medida en que se encamine al cumplimiento de su misión en la vida. El
verdadero propósito solo lo conocemos o entendemos cuando nos acercamos a
Dios y permitimos que el obre en nosotros, por nosotros y a través de
nosotros para sus eternos designios.
“Estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena
obra
la perfeccionará hasta el día de Jesucristo” Filipenses 1:6
Dios es como un alfarero que sabe lo que se debe hacer.- El conoce su
oficio y sabe trabajar con el barro. El no necesita consejo. En su
oficio no tiene comparación.
Dios sabe que hacer con el barro (tu vida).- El alfarero conoce las
propiedades del barro.
Dios te conoce como nadie y sabe como trabajar y
moldear tu carácter.
Dios hace un trabajo personal.- Dios no trabaja en serie, hay millones de personas en el mundo; pero
Dios hace un trabajo personal.- Dios no trabaja en serie, hay millones de personas en el mundo; pero
el tiene un trato personal con
cada persona, aquellas que quieren ser TOTALMENTE RESTAURADOS..
Cuando venimos al Alfarero, tenemos que entregar todo, todas
nuestras imperfecciones
y dejar que Él sea nuestro Maestro. Tenemos que
dejarle moldearnos y hacernos el vaso
de honor que Él quiere que
nosotros seamos.
Para que esto se logre, tenemos que tener el conocimiento de
la Palabra de Dios antes de que Él pueda comenzar el proceso en
nosotros. Cuando el alfarero coloca un pedazo de barro en una rueda
necesita echar agua a fin de hacerlo flexible y bastante suave para que
él sea capaz de usarlo.
Jesús es nuestra Agua Viva y la Biblia nos
dice:
“… para hacerla santa. Él la purificó, lavándola con agua
mediante la palabra, para presentársela a sí mismo como una iglesia
radiante, sin mancha ni arruga ni ninguna otra imperfección, sino santa e
intachable.” - Efesios 5:26-27
Por consiguiente, el primer paso que tenemos que tomar, si
realmente queremos que Dios nos moldee en la clase de persona que Él
quiere que nos hagamos, debemos dedicar tiempo en la Palabra de modo que
nos hagamos flexibles y moldeables.
El siguiente paso es que la pieza de barro debe ser bien
centrada en la rueda. La razón de esto es que si un pedazo de barro no
está bien centrado en la rueda, el desgarrará finalmente antes de que el
alfarero puede terminar el proceso. Del mismo modo tenemos que ser
correctamente centrados en Jesucristo ante Dios puede comenzar a moldear
y formarnos.
Estar centrado en Jesús es tener la vida totalmente entregada a Él donde Él está en control total. Jesús tiene que ser Señor y Salvador de nuestra vida.
Justo como el alfarero no puede moldear el pedazo de barro en
el pedazo de cerámica que él trata de hacer a menos que sea
perfectamente centrado en la rueda, del mismo modo el Señor no puede
comenzar a trabajar correctamente con nosotros a menos que seamos
perfectamente centrados en Él en plena rendición.
Si tratamos de vivir nuestra vida sin Jesús conduciendo y
dirigiendo el camino, nuestras vidas con el tiempo se descomponen y
nunca llegarán a cumplir con el destino divino a que Dios nos ha
llamado. Por eso Jesús nos dice en Su Palabra que sin Él no podemos
hacer absolutamente nada:
“Yo soy la vid y ustedes son las
ramas. El que permanece en mí, como yo en él, dará mucho fruto;
separados de mí no pueden ustedes hacer nada.” Juan 15:5.
Dios
también nos dice que si tratamos de construir nuestra propia casa sin su
guía directa, que vamos a terminar trabajando “en vano” si tratamos de
hacerlo todo a través de nuestros propios esfuerzos.
“Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican.”
Salmo 127:1
Una vez que la masa de barro tiene suficiente agua y se
centra en la rueda, entonces el proceso de moldeo comienza. La rueda
comienza a girar y la mano del alfarero hace presión en la cumbre del
barro para crear una apertura y mueve sus manos en el interior del
centro del barro. Él sigue constantemente formándolo y moldeándolo para
que el resultado final sea el vaso que él desea hacer.
II. NOSOTROS SOMOS EL BARRO
El barro sólo no tiene ningún valor.- El barro llega a tener valor
cuando el alfarero lo moldea. Nosotros sin Dios no tenemos valor. Sólo
tendremos valor si dejamos que Dios nos moldee. Tengamos confianza de
que Dios hará una “obra de arte exclusiva” con nuestra vida.
El barro no opone resistencia.- El barro es moldeable. A diferencia de los metales el barro es fácil de trabajar. Nosotros debemos ser como el barro. No debemos oponer resistencia y dejar que Dios trabaje y moldee nuestro carácter.
El barro no opone resistencia.- El barro es moldeable. A diferencia de los metales el barro es fácil de trabajar. Nosotros debemos ser como el barro. No debemos oponer resistencia y dejar que Dios trabaje y moldee nuestro carácter.
Tenemos que ser blandos, receptivos y flexibles.
Estar justo ahí donde
Dios nos quiere tener, en la casa del alfarero, sobre la rueda en las
manos del alfarero, en lugar de estar aferrados a nuestras propias ideas
y pensamientos. Por ejemplo, quiero ser un cristiano,
a mi manera; sin embargo no
quiero que esto influya completamente sobre mi vida; tengo muchos planes
e ideas para hacer en mi vida, cómo voy a utilizar mí tiempo y con
quien quiero o no quiero estar, a pesar que de igual forma quiero estar
en «la casa del alfarero».
«Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de
Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo; echando toda vuestra
ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros.» 1 Pedro 5, 6-7
La vasija fracasa a causa de la rebeldía, dureza y orgullo.
Estos son
los primeros terrones duros que el alfarero debe quitar. Quizás dices,
«¡pero yo no soy así!»
¿Mas no debiera ser más fácil reconocer que al
principio hay terrones duros, incluso en el barro que Dios ha escogido
para ser un vaso para Él?
Estos terrones deben ser quitados del barro
para que el plan de Dios tenga éxito. Dios tiene que poder poner sus
dedos en esas áreas duras, y debemos reconocerlas y dejar que las quite.
Pablo también usa este ejemplo:
«Mas antes,
oh hombre, ¿quién eres tú, para que alterques con Dios? ¿Dirá el vaso de
barro al que lo formó: ¿Por qué me has hecho así? ¿O no tiene potestad
el alfarero sobre el barro...?»
Romanos 9, 20–21
III. LA IMPORTANCIA DEL PROCESO
Vs.4... Y la vasija de barro que él hacía se echó a
perder en su mano; y volvió y la hizo otra vasija, según le
pareció mejor hacerla.
Veamos algunos puntos:
1.
El amasado.- Tiene lugar cuando Dios empieza a aplastar la masa
inicialmente “dura” el cual simboliza nuestro orgullo, soberbia y ego;
hasta que llega a ser una masa “suave”, es decir un carácter moldeable.
Cuantas veces despues que Dios ha hecho una obra en nosotros
tiene que volver y empezar de nuevo la obra porque simplemente
nosotros decidimos tirar por la borda lo que Dios ha hecho en
nuestras vidas.
O decidimos un dia que ya no vamos hacer mas cristianos, que ya no vamos hacer mas su palabra ni vamos a permitir que Dios siga obrando en nuestras vidas porque cambiamos de opinion o decidimos regresar al mundo (egipto).
En muchas ocaciones Dios tiene que romper esa vasija y hacer una nueva. Dios tiene que permitir en nuestras vidas tribulaciones enfermedades, sufrimientos para que entendamos que El nos ama con amor eterno y nos quiere salvar.
O decidimos un dia que ya no vamos hacer mas cristianos, que ya no vamos hacer mas su palabra ni vamos a permitir que Dios siga obrando en nuestras vidas porque cambiamos de opinion o decidimos regresar al mundo (egipto).
En muchas ocaciones Dios tiene que romper esa vasija y hacer una nueva. Dios tiene que permitir en nuestras vidas tribulaciones enfermedades, sufrimientos para que entendamos que El nos ama con amor eterno y nos quiere salvar.
Naturalmente, hay otra faceta en el encuentro de Jeremías con el
Alfarero. Lo obvio es que tú no eres el Alfarero. Tú no puedes decidir
que clase de vasija vas a ser, pero si decidirás cuanto se va a lograr
en el proceso de reconstrucción.
¿Cuántas veces nos hemos echado a perder en sus manos?
¿Cuántas veces
hemos sentido esa sequedad en nuestras vidas?
En este día pensemos:
¿Qué
es lo que nos está echando a perder?
¿Qué es lo que nos hace sentir
secos de corazón?
¿Será el internet? ¿Será la relación con nuestra familia?
¿Será las malas compañias, esas relaciones toxicas?
Meditemos, y si hay algo que nos está echando a perder, si hay algo que
nos haga sentir que nos estamos quebrando y pensamos que ya no hay
remedio. Hay solución.
2.
El moldeado.- Después del amasado la masa es “suave” pero deforme, Dios
cual alfarero tiene que moldearnos y formar en nosotros el carácter de
Jesucristo.
3. El horneado.- Mientras el barro no pase por el horno no tendrá
consistencia; será muy blando. Dios tiene que meternos en el horno de la
prueba y la aflicción para fortalecer nuestro carácter. Pero no
olvidemos que cuando estamos en el horno del fuego, Dios no deja de
estar con nosotros (Daniel 3:15-27; Isaías 48:10)
4. El decorado.- Es el acabado. Nosotros como barro después de salir del
horno, necesitamos que Dios nos hermosee. El pone mansedumbre, dulzura,
misericordia, y paciencia en nosotros para lograr este cometido.
5. El laqueado.- Cuando la pieza es laqueada, queda brillante de tal
manera que el alfarero puede ver su rostro reflejado en el vaso. Del
mismo modo, Dios quiere reflejar su carácter en nosotros, para que la
gente pueda verlo en nosotros.
Dios decidió que hoy tú estuvieras aún en las manos del alfarero porque Dios te ha considerado
digno de rehacerte. Esta es una noticia digna de
celebrarse.
A Dios no le podemos dar ordenes de como trabajar con nosotros
solamente tenemos que humillarnos y decirle Senor haz conmigo
como tu quieres, transformame, cambiame haz de mi un vaso nuevo,
un vaso de honra y no uno de deshonra.
Dios a cada uno de nosotros nos hace diferente pero de un mismo material, matiz y un mismo acabado aunque nos pinte de diversos colores y nos de diferentes formas, el acabado es el mismo.
Deja que El Alfarero te de forma que te haga como El quiera y no como nosotros queremos. Dios va a hacer de ti un barro unico, fino de gran calidad, un barro lindo con las cualidades especiales de su amor, su santidad, su justicia etc. y va a estar orgulloso de ti del barro que El hizo con tanto amor.
Deja que El Alfarero de forma a su parecer hoy!
Dios a cada uno de nosotros nos hace diferente pero de un mismo material, matiz y un mismo acabado aunque nos pinte de diversos colores y nos de diferentes formas, el acabado es el mismo.
Deja que El Alfarero te de forma que te haga como El quiera y no como nosotros queremos. Dios va a hacer de ti un barro unico, fino de gran calidad, un barro lindo con las cualidades especiales de su amor, su santidad, su justicia etc. y va a estar orgulloso de ti del barro que El hizo con tanto amor.
Deja que El Alfarero de forma a su parecer hoy!
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