miércoles, 21 de enero de 2015

ÁRBOLES QUE DAN FRUTO!



ÁRBOLES QUE DAN FRUTO 
Salmo 1:3

LOS árboles fueron creados por Dios con el propósito de que dieran fruto. Entre las tantas comparaciones que hace la Biblia con el hombre, está también el árbol; y el rey David lo dice de esta manera: ”Y será como el árbol plantado junto a arroyos de aguas, que da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae; y todo lo que hace, prosperará” (Salmo 1:3)

Existe un sinfín de árboles de diversas especies. 
Todos tienen el fin de dar fruto.

Creo firmemente que cada uno de nosotros tenemos una comisión, un propósito en la tierra y Dios hará lo que tenga que hacer para cumplir su propósito en ti. 
Como tú eres árbol del plantío de Jehová, El tiene todo el derecho de plantarte en el lugar donde solo El sabe que darás fruto. La bendición que tenemos los árboles de Dios es que estamos destinados a crecer y a llevar frutos.

Lecciones del árbol:

1. Las raíces del árbol se extienden hasta tres veces la anchura de las ramas del árbol – ¿Qué es lo más importante – lo que tenemos por dentro (lo que no se ve) o lo que tenemos por fuera (lo que se ve)?

2. Las funciones de las raíces incluyen:

a. Funcionan cómo ancla para mantener el árbol derecho y estable – Raíces en Cristo para estar firmes y estables

b. Absorben agua otros nutrientes de la tierra.  Usan estos nutrientes para su crecimiento y desarrollo y para su reparación cuando es dañado – La Palabra de Dios nos ayuda a crecer, desarrollar, y sanar

c. Funcionan como almacén de agua y comida para tiempos difíciles como el calor o frío extremos – tener reserva de la Palabra de Dios para esos momentos difíciles de la vida

3. Lo que produce un buen árbol:

a. Sombra y frescura – somos de ánimo y alivio para otros

b. Fruta para comer y disfrutar –
 para el beneficio y crecimiento de otros

c. Belleza de flores para ver y oler – 
ser amables y bellos para otros

d. Oxígeno para respirar – 
producir “aire” espiritual para los que nos rodean

e. Limpia el aire y la tierra de contaminantes –
limpiar un poco el ambiente espiritual que nos rodea

f. Detienen la erosión de tierra – detener la corrupción y maldad que nos rodea

g. Crean una barrera en contra del viento y el sonido – 
ser una barrera espiritual para nuestras familias

En nuestra vida espiritual somos árboles. 
Dependiendo de donde tomamos nuestros nutrientes,
 nuestra vida puede ser de mucha bendición o de mucha perdición.

En Jeremías 17:8 leemos 
"Será como árbol plantado junto al agua, que extiende sus raíces junto a la corriente; no temerá cuando venga el calor, y sus hojas estarán verdes; en año de sequía no se angustiará ni cesará de dar fruto." 

Y el Salmo 92:13 declara que los que están plantados en la casa de Dios florecerán en sus atrios. 

El deseo de Dios es que puedas florecer y prosperar.
 Pero tu necesitas tomar decisiones para que puedas heredar las promesas.

Por Ejemplo:

¿Estas Plantado?.,..

“Será como árbol plantado junto al agua” (Jeremías 17:8). 
No dice los que van a la casa del Señor, 
sino que los que están plantados en la casa del Señor. 
Si no estas plantado no podrás crecer. 
Y si no estas plantado en el lugar correcto no producirás buen fruto. 

¿Que tan fácil extiendes tus raíces?...

“que extiende sus raíces junto a la corriente” (Jeremías17:8). 
Cuando un árbol esta firmemente arraigado no es muy difícil desarraigarlo y aquellos involucrados con la obra, participando en actividades distintas y comprometidos con el bienestar y crecimiento de la Iglesia será difícil moverlos. 
A diferencia de aquellos que viven un cristianismo frívolo
y nunca se dejan involucrar completamente.

 ¿Puedes soportar el calor?...
 “No temerá cuando venga el calor” (Jeremías 17:8). La vida no nos promete una vida sin pruebas ni retos, pero si nos promete que saldremos victoriosos. Si tu estas plantado en la casa del Señor tendrás tiempos de prueba pero no temerás al resultado de esta.

¿Es tu salud espiritual una prioridad?...
 “y sus hojas estarán verdes” (Jeremías 17:8). Siempre debes recibir el sustento de la palabra y ser renovado por el Espíritu Santo. La realidad de la vida es que mientras mas creces mas cuesta mantenerte en forma. Igual es en la vida espiritual.

¿Te gobiernan las estaciones?...
“en año de sequía no se angustiará” (Jeremías 17:8). Los que están realmente plantados no temen las temporadas de sequía. Son aquellos que ponen a Dios primero cuando tienen problemas en sus finanzas o cuando atraviesan  dificultades en su matrimonio. Entienden que las estaciones son periodos específicos de tiempo y se paran firmes.

¿Bendecir a otros es tu estilo de vida?...
“ni cesará de dar fruto” (Jeremías 17:8). No tiene sentido que un fruto se quede en el árbol porque se pudre. Tristemente estos son los que son fructíferos en sus vidas, pero nunca rinden sus frutos para bendecir a otros. La verdad de las cosas es que al final somos bendecidos para ser una bendición

Tomemos en cuenta a Mateo 15:13 “Pero respondiendo él, dijo:
 Toda planta que no plantó mi Padre celestial, será desarraigada.”

Nosotros somos comparados con árboles, 
por lo cual es muy importante que evidenciemos lo siguiente:

Los árboles tienen raíces que representan la fe: entre más grande sea nuestra fe, más grande son las raíces y entre más grande sean las raíces seremos más fuertes y aunque un viento fuerte venga, no serás arrancado.

La Biblia dice que si tenemos fe como un grano de mostaza podemos decir a una montaña échate al mar y pasara. El tronco es nuestra vida espiritual y la comunión con Dios, ya que es la base, la estructura y lo que une las raíces con las hojas. Las hojas son nuestras virtudes, dones y el servicio que son los que embellecen la vida cristiana así como las hojas con el árbol. El agua ayuda a hidratar el árbol.
Juan 4:14” mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna”

El Espíritu Santo representa el agua que hidrata nuestra vida,
 y sacia nuestra sed.

Apocalipsis 22:17
Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente”.

Se espera un buen fruto de nosotros, pero acostumbramos dar poco, realmente poco del que debemos. Las raíces deberán estar bien arraigadas para dar firmeza al tronco y a sus ramas. Deberán nutrir abundantemente al árbol para que logre dar su fruto a su tiempo. Las hojas deberán ser abundantes, ¿y los frutos? deberán ser simplemente como Dios los desea. Sólo los árboles que den buenos frutos permanecerán.
 Los demás serán cortados y echados al fuego, según Juan 15:6; “El que en mí no estuviere, será echado como mal [árbol], y se secará; y los cogen, 
y los echan en el fuego, y arden". 
Si estamos en Dios haremos mucho fruto (verso 5).

Dios se agrada que llevemos frutos dignos de árboles plantados y cuidados por Él. No permite que ocupemos una fracción de tierra sin que demos fruto. Si no lo hacemos como se nos pide, seremos cortados por Dios y seremos destruidos. 
“En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto...” (Verso 8).

Dios sólo se agradará de todo árbol 
que cumpla dando su fruto. 
De los demás los ha destinado para un fin muy desagradable. De cada uno depende dar el mejor fruto.

Reflexionemos:

Una de las características muy importantes en la cual debemos meditar detenidamente es en qué clase de frutos estamos dando cada uno como Iglesia de Dios.
 ¿Frutos del Espíritu o frutos de la carne? Recordemos que nos dice el Señor. Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? 
Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego. Así que, por sus frutos los conoceréis. Mateo 7:16-20

Dos bienaventuranzas para cada uno de aquellos buenos arboles bien plantados
¿Cómo es estar bien plantados? 

El que cree en mí, como dice la Escritura,
 de su interior correrán ríos de agua viva. 
Juan 7:38

Agrega el Salmista 1:1 Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, Ni estuvo en camino de pecadores, Ni en silla de escarnecedores se ha sentado; Sino que en la ley de Jehová está su delicia, Y en su ley medita de día y de noche. Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, Que da su fruto en su tiempo, Y su hoja no cae; Y todo lo que hace, prosperará. Salmos 1:1-3

Y la segunda bienaventuranza:
. "En las alturas abriré ríos y fuentes en medio de los valles, abriré en el desierto estanques de agua, y manantiales de aguas en la tierra seca". Isaías 41:18 Esta es la herencia de los árboles de Jehová que aun en el desierto estamos destinados a crecer.



Si nos mantenemos unidos al árbol de la Vida,

 "seremos como árboles plantados junto a corrientes de aguas, que dan su fruto en su tiempo y sus hojas no caen; 
y todo lo que hacemos prosperará". 
Salmo 1:3



Pas. Cristian E. Pérez



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