martes, 15 de julio de 2014

Disfrutando El Favor De Dios!


Génesis 39:1-5 

  Llevado, pues, José a Egipto, Potifar oficial de Faraón, capitán de la guardia, varón egipcio, lo compró de los ismaelitas que lo habían llevado allá.Mas Jehová estaba con José, y fue varón próspero; y estaba en la casa de su amo el egipcio.Y vio su amo que Jehová estaba con él, y que todo lo que él hacía, Jehová lo hacía prosperar en su mano.Así halló José gracia en sus ojos, y le servía; y él le hizo mayordomo de su casa y entregó en su poder todo lo que tenía.Y aconteció que desde cuando le dio el encargo de su casa y de todo lo que tenía, Jehová bendijo la casa del egipcio a causa de José, y la bendición de Jehová estaba sobre todo lo que tenía, así en casa como en el campo.


Creo que la mayoría de nosotros hemos identificado a José como el simple soñador a quien sus hermanos vendieron para ser llevado a Egipto. Sin embargo, pude ver cosas que antes pasaron desapercibidas, y es lo que les quiero compartir en esta ocasión.

 Al leer detenidamente pude identificar que hay siete etapas importantes en su vida y una enseñanza ejemplar para nosotros:

I. Como hijo de Jacob
II. Vendido a los 17 años
III. La casa de Potifar
IV. En la cárcel
V. Segundo de Faraón
VI. José y sus hermanos
VII. Jacob desciende a Egipto


 José a largo de toda su vida fue un Joven íntegro, lleno del amor de Dios y de su Espíritu, a pesar de las dolorosas y aparentemente “injustas” situaciones que pasó, permaneció en las manos del Señor para ser moldeado y cumplir el propósito y los sueños de Dios en su vida, pues Dios ya tenía preparado para él grandes planes, pero antes era necesario que pasase por todas esas tragedias, que Dios encaminó para bien, a fin de preservar vida a toda una nación, el pueblo escogido.

José, más que un soñador

Es importante mencionar que aun cuando pasó por situaciones complicadas y duras, primero, cuando sus propios hermanos le querían matar, para finalmente ser vendido y llevado como esclavo a Egipto, un país extraño, con otras costumbres, otros dioses, y otra lengua, todo esto cuando él tenía tan sólo 17 años. 

Después de esto, fue acusado injustamente por la esposa de Potifar quien trató de seducirlo, y entonces fue llevado a la cárcel donde permaneció al menos dos años. 

Con todo esto que le pasaba, cualquiera en su lugar hubiese levantado queja contra Dios,    o pensar que ya se había olvidado de él, o enojarse contra él, o sumirse en la tristeza o depresión, sin embargo, nunca hizo tales cosas, antes bien, puso su esperanza y confianza en Dios.

 José, tenía una vida de comunión y oración con Dios, y es ahí donde recibía la fuerza necesaria para enfrentar todo lo “malo” que le pasaba. Apesar de que él vivió en un país que era en gran manera idólatra y aun estando rodeado de sus ídolos, él jamás dobló su rodilla ante ellos, ni fueron motivo para que se hubiese alejado de Dios ni siquiera por un momento. 

Lo anterior parece fácil, pero no lo es, ya que el vivía solo, en un lugar donde nadie profesaba sus propias creencias, por lo que fácilmente pudo haber dejado atrás sus convicciones de la infancia y adolescencia para seguir lo que todos hacían, pero NO, él decidió no hacerlo, sino que siguió en el camino que su padre Jacob le había enseñado, y eso fue lo que le ayudó a permanecer firme, fiel, íntegro y apartado para Dios. 

 

 Cada vez que se veía frente a una situación difícil y trágica, la Biblia nos menciona que Dios estaba con él, y le daba gracia ante los hombres pues éstos percibían que Dios estaba con él. 

Sus actos mismos y su estilo de vida consagrado a Dios era evidente ante los hombres, lo que nos confirma que Dios estuvo con él todo el tiempo, sosteniéndole con su diestra poderosa.

 José, era mas que un soñador, la misma presencia de Dios en El. le dio la capacidad de poder PERDONAR (sabía perdonar sinceramente), y que apreciamos cuando éste pasó por alto las ofensas y actos malvados que sus hermanos cometieron contra él. 

Perdonar muchas veces es difícil, pero es una decisión nuestra hacerlo, que sí podemos lograr cuando nuestro corazón está inundado del amor de Dios. José, les dio él perdón fue  genuino, que incluso pudo consolarlos, besarlos, y aun los sustentó a ellos y a sus familias (Gén. 45:25; 50:21).

 Entonces podemos decir que es

TENER EL FAVOR DE DIOS

 en nuestras vidas:



A José le tuvieron envidia sus hermanos, porque tenía favor delante de su papá, quien le puso una túnica de colores, y Dios le dio sueños.
 Pensaban matarlo, pero halló favor delante de su hermano Rubén y únicamente le arrancaron la túnica para llevarla a su padre y que lo diera por muerto.
 Luego, lo vendieron como esclavo. Entre todos los esclavos, lo compró Potifar, y halló favor con él también. 
 Hasta que la esposa de Potifar quiso estar con él, y como él no accedió, lo acusó de violación. Lo mandaron a la cárcel y fue bendito (tenia la gracia y el favor) entre los de la cárcel también. 
Dios le revelaba los sueños, así que lo llevaron delante de Faraón para que los interpretase, y Dios le dio gracia y favor delante de él, y lo puso sobre todo su reinado.

En ese favor, deberíamos de aprender a vivir nosotros. No importa lo mal que te vaya, sabes que cuenta con el favor de Dios.

 ¡Seamos más que soñadores, hacedores!

 

 

 

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